Nuestro Poder, Nuestra Elección + Runas de Ayer y Hoy / Our Power, Our Choice + Runes of Yesterday and Today

Con todo lo que está pasando en el mundo en este momento, seguramente muchísimas personas están sucumbiendo a la confusión y la desesperación, pensando que quizás el avance de la destrucción es indetenible y que todo lo que conocen y aman será arrasado. Yo no tengo esa visión ni experimento esos temores, porque he aprendido durante los años a enfocarme en mi propio rango de influencia, en mi vida y mis decisiones, no en lo que está pasando más allá de mi control. Cuido celosamente de mi paz personal y del balance de mis emociones, incluso muchas veces renunciando a amistades, actividades, empleos y oportunidades si percibo que están afectando negativamente mi funcionamiento a algún nivel. He aprendido a tomar las noticias con escepticismo y a desconfiar por defecto en lo que sea que diga cualquier persona en alguna posición de poder o fama, sean políticos, oradores, líderes espirituales, científicos, filósofos célebres o dueños de corporaciones, especialmente si afirman conocer la verdad y rehúsan admitir su propia falibilidad.

Quizás les pueda parecer extraño, pero yo agradezco la experiencia de la opresión y la corrupción en Venezuela, pues he obtenido de ella conocimientos y capacidades que no hubiese podido conseguir de ninguna otra forma. La violencia, la mentira oficial, la manipulación emocional, la crisis económica y los abusos del poder me han obligado a enfocarme en mí mismo, a comprender mis limitaciones y, aún más importante, mi autoridad sobre mis creencias y acciones. Este proceso me ha fortalecido de maneras indecriptibles y mi perspectiva actual es que lo que ocurre en el mundo ahora, también está fortaleciendo a los pueblos que lo están viviendo, así no les sea posible verlo de esa forma en este momento.

Es más que evidente que las naciones están siendo manejadas por camarillas de idiotas criminales y vulgares, a quienes les interesa muy poco el bienestar de su gente. Pareciesen enemigos en sus declaraciones públicas, pero sospecho que, en privado, se sientan en las mismas mesas a compartir bebida, comida y amantes, y se ríen a carcajadas del sufrimiento que causan mientras sus fortunas personales se incrementan. No son genios, todo lo contrario, son profundamente estúpidos, y eso que aparentan ganar ahora les está costando y les costará muy caro así no se den cuenta. La sombra no integrada alimenta demonios y al mismo tiempo los oculta, haciéndolos cada vez más difíciles de identificar. Las deudas espirituales no son como las bancarias, no acaban con la muerte del cuerpo sino que pesan en el alma por vidas innumerables hasta que son saldadas.

Sin embargo, a pesar de la crueldad y la frialdad de sus acciones, de su desdén por las reglas y las vidas ajenas, estos tontos no están exentos de la Ley Universal, a la cual obedecen sin falta incluso con sus transgresiones. El dolor que causan le trae sabiduría y fortaleza a los que lo experimentan, despertando consciencias, adiestrando habilidades y revelando propósitos que, por sus propias discapacidades, no pueden comprender. En unos años, cuando todas estas guerras y tiranías, todas estas corporaciones depredadoras y mafias groseras han sido re-asimiladas y re-integradas, surgirán los nuevos líderazgos enriquecidos y hechos sabios por las actuales circunstances, que enaltecerán de nuevo a la humanidad para superar las restricciones que nos han traído a este punto. No necesitan creerme, sólo tienen que estudiar los procesos históricos del mundo y verán que estos patrones son inexorables.

Mi mensaje es simple: no le presten tanta atención a las noticias, trabajen en lo suyo, dedíquense a sus proyectos, familias, amistades, relaciones, labores artísticas y creaciones. Vivan sus vidas con tanta plenitud como les sea posible sin dejarse llevar por la frustración y la ansiedad de aquello que no pueden controlar o alterar. Atiendan sus propias casas y trabajos, pongan sus recursos de pensamiento y sentimiento en los procesos cuyo curso pueden gestionar.

Repitan estos decretos y variantes de ellos tantas veces al día como sea necesario:

Llamo toda mi energía hacia mí, el 100% de mi energía retorna hacia mí. Me enfoco a mí mism@ dentro de mí mism@ infinita, profunda, perfecta, eterna, inmediata y totalmente. Recupero mi autoridad desde todos los puntos del Universo en los que pueda haber sido desperdigada, soy mi propia autoridad, soy yo quien decido en dónde coloco mi atención y a qué le doy poder.

Acá están la Runa de ayer y la de hoy.